11 abril 2007

Sólo unas mentiras, entre tantas

Sólo unas mentiras, entre tantas
Si pasás este mail no se te va a cumplir ningún deseo y no te ocurrirá ninguna desgracia en caso contrario.
La razón por la que desprendo este texto de mí radica en que quiero combatir unas mentiras bastante maliciosas y muy inoportunas. Pues mientras la ciudad de Santa Fe sufre problemas gravísimos que requieren de toda la materia gris de nuestros funcionarios (que en algunas casos es más de la que creemos y en otros, es poca, muy poca, poquísima), éstos se preocupan por realizar operaciones de prensa contra los dirigentes barriales.
No sólo los funcionarios buscan propagar estas calumnias, sino también muchos ciudadanos a pie que hablan sin saber de lo que hablan y sin saber a quien perjudican con sus dichos. Pero me voy a centrar en los funcionarios, porque al ciudadano común no le pagamos un sueldo para que evite siuaciones como, por ejemplo: una inundación.

Asuntos Hídricos de la Municipalidad de Santa Fe difundió por las radios en los primeros días de intensa lluvia que había entregado ¡5000 bolsas de arena! a la Federación Santafesina de Entidades Vecinales. Cuando la secretaria de la Federación llamó a esta dependencia municipal para pedir explicaciones, la operadora del teléfono le aseguró que debía mentirle a la gente por “orden de su jefe”. Quien dude acerca de esto, acérquese al local de la Federación en 25 de Mayo y Eva Perón. Si encuentra alguna de las 5000 bolsas, avise.

Un hombre que estuvo preso por falsificación de documentos públicos y hoy es funcionario / cuñado del Impresentable Balbarrey asegura, muy orondo, que el plan de contingencia, luego de la inundación de 2003, no se realizó, entre otras cosas, porque las vecinales no quisieron participar. Otro hombre, que antes editaba una revista de supuesto periodismo de investigación y ahora es asesor de prensa / alcahuete del Impresentable Balbarrey, dice tener “pruebas” de ello (Benito se pasó de bando, pero sigue manteniendo su costado detectivesco). Es necesario aclarar que las vecinales participaron de lo que fue un simulacro de planificación de plan de contingencia y las “otras cosas” por las que no se realizó tal plan se resumen en que las personas que pueden inundarse le importan un carajo a quienes gobiernan esta ciudad.

En la sección “Línea Directa” de El Litoral del lunes 9 de abril de 2007, un “santafesino” comenta que las vecinales cobraron $20000 que nunca rindieron después de la inundación de 2003. Este “santafesino” debe saber que las vecinales que cobraron $20000 fueron las inundadas y las que no se inundaron, pero prestaron asistencia, cobraron $10000. Todas rindieron peso por peso la suma recibida. Porque, se ve que no lo sabe el “santafesino”, en una vecinal no podés tirarte un pedo sin rendirlo. Y si no, que le pregunte a la dirección de vecinales de la municipalidad, organismo que controla religiosamente a estas instituciones. Cito este caso debido a que dudo del origen y las intenciones de este “santafesino” anónimo.

(A estas mentiras mediáticas hay que sumarle muchas otras. Así también los rumores - anónimos por definición - en los que, casualmente, se hablaba de algún dirigente barrial robando la ayuda destinada a los inundados)

Hay algo más importante que busco transmitir. Los vecinalistas de los barrios inundados, también se inundaron. Sin embargo, laburaron igual en su institución, muchas veces también inundada, para dar una mano. No los llevó esta situación a prestar una mano a los vecinos, pues lo hacen todo el año. Sin embargo, tuvieron que soportar insultos, mentiras, amenazas con armas de fuego, pintadas en sus casas. A diferencia del alcahuete Benito, yo no puedo “probar” que desde la Municipalidad se incentivó esta injusta reacción de los vecinos. Por ahora, me quedo con mis dudas y las comparto.

En resumen, lo que pasó tiene responsables y no son las vecinales, ni los curas, ni Cáritas, ni los Centros Comunitarios, ni las Asambleas Barriales, ni Los Sin Techo, ni tantas otras organizaciones con presencia en los barrios. El desvío de las culpas es muy injusto, sobre todo cuando el chivo expiatorio es alguien que trabaja en un barrio sin cobrar un mango, cuyo único pecado es decirle al Impresentable Balbarrey lo mal que nos gobierna.

Sólo una cosa me tranquiliza. Aunque no haya una buena oferta de candidatos a intendente, es seguro que el actual no repite. Es lo único que le quita el sueño a este tipo.

¡A laburar, gente, que esto no se cambia solo!

Mariano Peralta - Alumno de 3º año de Comunicación Social

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribí tu comentario